¿Dónde se construyen las medallas olímpicas?

Acabaron los juegos olímpicos 2024 arrojando un cuadro medallero en el que los latinos americanos no logramos estar en los diez primeros puestos. El primer puesto en el cuadro fue para Estados Unidos con ciento veinte seis medallas; el primer país latino en el cuadro fue para Brasil, ocupando el puesto veinte; mientras los colombianos, en un deshonroso puesto sesenta y seis.
Estos resultados nos invitan a pensar: ¿Qué pasa con el deporte de alta competencia en nuestros países? ¿Qué hacen esos diez primeros países, qué nosotros no hacemos?
Tomo como ejemplo dos países, cada uno con pensamientos políticos diferentes, China Socialista y Francia Republicano-presidencialista; coinciden en darle importancia al deporte con significativas asignaciones presupuestales.
Francia, le apuesta a la realización de grandes eventos deportivos, no en vano estos juegos olímpicos fueron allá, sin olvidar y entre otros el Roland-Garros, en París o el tour de Francia; y claro, es que no solo es el turismo deportivo y las divisas que ello genera, también es el mantener antojados del deporte a los suyos y mostrar el alto rendimiento en su propia casa. China no solo fue el segundo en estos juegos, ha estado en los primeros puestos en los últimos juegos olímpicos, incluso, ha sido el primero como en el 2012 en Londres. China cuenta con más de 5 mil academias deportivas donde inician la formación y descubrimiento de talentos, siguen con un exhaustivo seguimiento, acompañan años de esfuerzo del deportista y les impregna el orgullo de representar a su país y la promesa de un futuro mejor para el deportista y su familia.
La otra cara de la moneda está en nuestros países latinos donde contamos con vagas políticas del deporte. Pueblos donde nuestros deportistas tristemente mendigan para la compra de elementos y la participación de eventos. Pueblos donde la construcción de un escenario deportivo tiene la mascara de apoyo al deporte, pero en realidad no son más que obras donde los políticos de turno ven la oportunidad para cobrar coimas y engrosar sus patrimonios, de ahí, la mala calidad de las obras.
En Latino América un pueblo que logra un deportista es un producto del azar, no de una política deportiva; antes de recibir apoyo real, nuestros deportistas tienen primero que sortear oscuros momentos, incluso, en vez de darnos pena historias de desplazamiento como la de Yeison López nuestro medallista olímpico, las romantizamos.
Analizando mi entorno más cercano, confieso en momentos siento vergüenza por el bajo y casi nulo apoyo con ex -deportistas como los hermanos Alarcón, Víctor y Camilo, quienes llegaron a estar ranqueados entre los diez mejores por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB); a ellos, estoy seguro en un país desarrollado los tendría como entrenadores; de la provincia ya se nos fue el ciclista Samuel Cabrera (QEPD), ciclista que acumulo exitosos kilómetros en competencias internacionales como las de Europa. Pero que les va importar a los patriarcas el conocimiento y bagaje deportivo de estos grandes, si lo que en realidad les importa son votos para sus maquinarias políticas.
Para concluir este articulo y esperando dejar líneas abiertas al pensamiento de lo que somos en política deportiva, indico, que desde lo nacional tenemos y hemos tenido una baja inversión deportiva, además, centralizada y, por el otro, una política deportiva local débil, egoísta y desinteresada.

Héctor Arnulfo Delgado Triana
Economista
Esp. En Gobierno y Desarrollo Local
Esp. Gerencia de la Calidad

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