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Viernes 23 de febrero de 2024

EL PAN DE LA PALABRA PARA HOY

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5,20-26):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil” tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».
Palabra del Señor… R/. Gloria a ti Señor Jesús.

    ¿QUÉ ME DICE LA PALABRA HOY?

El Señor, a través de este santo Evangelio de San Mateo, nos invita a revisar muy  a fondo nuestras relaciones con nuestros hermanos de casa, con nuestros padres, con nuestros amigos y compañeros de trabajo, y además, con aquellos que se han portado mal con nosotros y que por alguna razón, se han convertido en una piedrita del zapato, que a veces o casi siempre es difícil de soportar.

«SI VUESTRA JUSTICIA, NO ES MAYOR QUE LA DE LOS ESCRIBAS Y FARISEOS, NO ENTRARÉIS EN EL REINO DE LOS CIELOS».

Esta afirmación de Jesús, es una advertencia, pero al mismo tiempo es una exigencia para cada uno de nosotros como bautizados.

Entendamos que la justicia de los escribas y fariseos, no era justicia, sino más bien, injusticia. Ellos tenían la costumbre de imponer cargas muy pesadas sobre los hombros de los demás, que ni siquiera ellos eran capaces de soportar.

Esto mismo pasa en nuestros días. Muchas veces, usted y yo, le exigimos a los otros, aquello que  no somos capaces de asumir.
Le exigimos a los demás que hay que ser humildes, sin embargo, la soberbia, el orgullo y la arrogancia nos dominan.
Le exigimos a los otros, que hay que perdonar de corazón, pero sin embargo, cuando nos ofenden, el odio nos carcome por dentro.
Le exigimos a los otros, que hay que ser generosos, caritativos y misericordiosos con los demás, pero, a la hora del té, cuando nos piden un favor, ponemos miles de peros y sacamos miles de excusas para no mover un dedo.
Le exigimos a los otros, más conversión y más cambio de vida a nivel personal, sin embargo, podemos seguir viviendo una vida doble y sin compromiso.
Puede pasar, muchas veces, que los esposos le exijan a sus esposas más fidelidad y más respeto, pero, en la práctica, cuando se les presenta la oportunidad, desvían su mirada hacia otra persona, traicionando de este modo la relación.
Es muy fácil exigirle a los hijos, pero es muy difícil, darles un buen ejemplo.
Es muy fácil, exigirle a las demás personas cambio personal, pero es muy difícil, comprenderlas, amarlas y justificarlas.

Por favor, no le exija nada a nadie, si usted no está dispuesto a dar y a darse, a cambiar y a convertirse.
No le exija amor a nadie, si no estás dispuesto(a) a amar.
No le exijas perdón a nadie, si no estás dispuesto a perdonar.

Si usted y yo, estamos en un caminar de fe, y además, estamos prestando algún servicio en la comunidad parroquial, debemos ser los primeros en amar, en perdonar, en comprender, en justificar, en servir, en entregarnos, en dar buen ejemplo.
Debemos ser los primeros en ser sinceros, honestos, respetuosos, veraces, tiernos, cariñosos.
Debemos ser los primeros en sacrificarnos y en dar la vida por los demás.
Debemos ser los primeros en cortar con el chisme, con la crítica, con la calumnia, con la murmuración y con la hipocresía. 
Debemos ser los primeros en dejar de estar hablando a espaldas de los demás y sembrando cizaña y generando división.
Debemos ser los primeros en obedecer y en ser dóciles con los hermanos.
Debemos ser los primeros en morir a todos los caprichos personales y a toda clase de vicio e inclinación que me aleja de la voluntad de Dios. Debemos ser los primeros en acoger y ser hospitalarios con los demás.
Debemos ser los primeros en ejercer la caridad y la misericordia.
Debemos ser los primeros en dejar de ser odiosos y dejar de mirar mal al prójimo.

Dice la letra de una canción: «¿Cómo puedo yo orar, si estoy enojado con mi hermano?. Dios no escucha mi oración, si no me he reconciliado» ¿Cómo puedo yo recibir a Cristo en la Sagrada Eucaristía, si aún tengo diferencias  y conflictos con las personas?.
¿Cómo puedo yo arrodillarme a recibir la Sagrada Comunión, si no soy capaz de arrodillarme a pedirle perdón a quien he ofendido…?
¿Cómo pretendo yo arreglarle la vida y el hogar a otros, si aún no he arreglado mi propia vida y mi propio hogar?….
¿De qué te sirve saber la Bibla al derecho y al revés, si no pones en práctica sus enseñanzas?
¿De qué te sirve pertenecer a X o Y espiritualidad, e incluso conocer todos sus contenidos, si no te esfuerzas por encarnarlos y practicarlos?
Piénsalo seriamente…….
Conclusión: «Nuestra identidad debe ser el amor».

PIENSA, MEDITA, REFLEXIONA Y SACA CONCLUSIONES.

Medita seriamente en las preguntas arriba citadas.

OREMOS:
Dios mio y Señor mio: que mi vida sea un vivo reflejo de tu amor y de tu misericordia. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria.

NO OLVIDES:
Orar cada día el Santo Rosario.
Confesarse y comulgar.
Hacer una obra de misericordia.
Ayudar a la Santa Iglesia Católica en sus necesidades.

ENVÍANOS TUS INTENCIONES.
(Wattsap: 3213918758 CS Colombia)
Con gusto las ofreceremos en la Santa Misa.

EL PAN DE LA PALABRA ES PARA COMPARTIRLO. No te quedes con este regalo. Compártelo a tus amigos, familiares y contactos. Ellos lo necesitan.

Hoy te bendigo y en ti bendigo: tu familia, tu salud física y espiritual, tus proyectos y anhelos.

EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. Amén. Amén. Amén.🙏🛜

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