QUIEN COMO DIOS ?
Miércoles 7 de febrero de 2024
EL PAN DE LA PALABRA PARA HOY.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 7:14-23
14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended.
15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
16 Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
17 Y cuando, apartándose de la gente, entró en casa, sus discípulos le preguntaban sobre la parábola.
18 El les dijo: «¿Con que también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle, 19 pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar a la letrina?» – así declaraba puros todos los alimentos -.
20 Y decía: «Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos,
22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez.
23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre.»
Palabra del Señor… R/. Gloria a ti Señor Jesús.
¿QUÉ ME DICE LA PALABRA HOY?
Nuestro Señor nos insiste hoy en la necesidad de descontaminar nuestro corazón de todo aquello que puede alejarnos de su presencia y de su gracia.
Nada más saludable que tener un corazón limpio. Esta es la clave para lograr la verdadera felicidad.
El hombre de hoy, es infeliz, porque mantiene sucio su corazón y ocupado por placeres mundanos.
¿DE QUÉ DEBEMOS VACIAR NUESTRO CORAZÓN?
Nuestro corazón debemos vaciarlo, limpiarlo y virginizarlo de todo aquello que no es de Dios.
No hay nada más saludable y más agradable que tener un corazón bien limpio, bien aseado y bien perfumado, como se decía ayer.
Debemos vaciar nuestro corazón de toda clase de riquezas positivas y negativas.
En nuestro corazón no puede haber espacio para el pecado y la maldad, para el orgullo y la soberbia, para los odios y rencores, para las envidias y los celos, para las mentiras y los engaños, para la falsedad y la hipocresía, para el egoísmo y la vanidad, para los miedos y la tristeza, para los temores y las dudas, para las angustias y soledades. De nuestro corazón debe desaparecer la venganza, la infidelidad, la injusticia y el adulterio. En nuestro corazón no puede existir ningún apego desordenado al poder, al tener, al placer, al prestigio, a la fama o a la moda. En nuestro corazón no pueden existir apegos a personas, a lugares, a sentimientos obsesivos o a cosas efímeras y pasajeras. Nada mundano puede atrofiar nuestro corazón. Nada puede impedir que nuestro corazón bombee la presencia de Dios hacia el cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia.
Si tu corazón se encuentra invadido por alguna de estas situaciones, busca con prontitud el sacramento de la reconciliación. Báñate con regularidad en las piscinas naturales de la gracia «confesión con el Presbítero».
¿QUÉ DEBE ENTRAR A TU CORAZÓN Y A MI CORAZÓN?
Es necesario que nuestro corazón esté desocupado de todo lo malo, para que pueda ser ocupado de todo lo bueno y de todo lo que le agrada a Dios.
A nuestro corazón solo debe entrar: la presencia de Dios, la fuerza viva del Espíritu Santo con sus dones y carismas.
En nuestro corazón solo debe haber espacio para el amor, para la paz, para la justicia, para la verdad, para la caridad y la misericordia, para el servicio y el bien común, para la fe y la esperanza, para la solidaridad y la preocupación por los otros. Deja llenar tu corazón de la alegría que solo Dios puede dar. Nuestro corazón debe estar lleno de humildad y de mansedumbre, de pequeñez y de sencillez.
Hay que tener para dar. De lo que hay en tu corazón, es de lo único que le das a los otros tus hermanos. Nadie da de lo que no tiene.
PIENSA, MEDITA, REFLEXIONA Y SACA CONCLUSIONES.
1). ¿Qué hay en tu corazón: cosas buenas o cosas malas?
2). ¿Desearías que tu corazón funcione al % 100?
3). ¿Cada cuánto le haces limpieza a tu corazón?
4). ¿En tu corazón vive realmente Dios?
OREMOS:
Dios mio: limpia mi corazón, para que hoy día, haga tu voluntad y esté contigo. Amén.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria.
NO OLVIDES:
Orar cada día el Santo Rosario.
Confesarse y comulgar.
Hacer una obra de misericordia.
Ayudar a la Santa Iglesia Católica en sus necesidades.
ENVÍANOS TUS INTENCIONES.
(Wattsap: 3213928758 CS Colombia)
Con gusto las ofreceremos en la Santa Misa.
EL PAN DE LA PALABRA ES PARA COMPARTIRLO. No te quedes con este regalo. Compártelo a tus amigos, familiares y contactos. Ellos lo necesitan.
Hoy te bendigo y en ti bendigo: tu familia, tu salud física y espiritual, tus proyectos y anhelos.
EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. Amén. Amén. Amén.🙏🙏🙏