Un insólito accidente le ocurrió a Jefferson Quimbayo, un patrullero de la policía de Nariño. Según la versión, el joven estaba de guarda cuando el arma de dotación 9 mm se le cayó y se disparó. Al escuchar el sonido, sus compañeros lo encontraron en el suelo.
Y no, no murió. Para su buena suerte, la bala no llegó a impactar en el cerebro. Fue estabilizado en el hospital y, hasta ahora, el diagnóstico es de herida abierta con posible fractura en la frente.