Por Héctor Darío Barragán Suárez.
Con un simbolismo histórico los ciudadanos del Municipio salieron a las calles uniéndose al paro nacional; una jornada pacífica, pero con el sentimiento de indignación del pueblo colombiano; con el ejemplo de una manifestación de inconformidad hacia el gobierno, totalmente pacífica. El gremio de los transportadores de la provincia del Rionegro y los ciudadanos de Pacho y la provincia unieron simbólicamente sus ideas desde la distancia cultural e ideológica, pero unidos a la resistencia y al apoyo al paro nacional.
En las calles, en las puertas de las casas, en las ventanas, en medio de la lluvia, al temor a la crisis sanitaria, la mayoría de personas fueron testigos de los precedentes históricos de la voluntad colectiva, que expresaron en diversas formas su apoyo, a través de símbolos patrios como la bandera nacional; los utensilios de cocina, grafitis, pitos de los vehículos, campañas pedagógicas, noches iluminados por el fuego de velas que invocan la esperanza y la fe del pueblo espiritual, y las espontáneas expresiones artísticas y culturales, son fenómenos que vivimos esta semana en nuestro municipio; sentimiento de comunidad en general.
Esto es uno de los hechos más importantes de nuestro tiempo, la protesta pacífica de nuestra gente, en desacuerdo con quienes copian, construyen las leyes y las ejecutan; no tienen ni idea de lo que es nuestra sociedad, carentes de todo el sentido social colectivo, y con la deuda más infame de la burguesía política, que con la realidad del ejemplo en la acción pública y administrativa, en el modelo educativo de la nación han atrasado por años nuestra historia y evolución. Por ello, el pueblo ha encontrado en la necesidad de la marcha colectiva, una voz de unidad en contra de la injusticia social por parte del estado colombiano. Conciencias lectoras en la provincia del Rionegro llegó momento del advenimiento de las masas al poderío social y transformar la democracia burgués y minorista en una república de ciudadanos. Solo en una posibilidad en el infinito Andrómeda logró espantar al leviatán estado.
En estos momentos históricos de conciencia crítica para la humanidad, es necesario quitar el estorbo político que los burgueses y reyezuelos le hacen a la expresión de la nación, que realmente está en situación, preocupada por orientar el porvenir, el futuro justo y equitativo donde el nivel cívico de nuestra gente aumente considerablemente a través del arte, la filosofía, la literatura del civismo de nuestra autonomía, educación y la función pública solo sea la herramienta transparente y legítima del favor del pueblo y no de la rosca política.
Las manifestaciones de la voluntad del pueblo son un derecho sagrado y legítimo, es la voluntad sagrada de los ciudadanos con la facultad de la inteligencia colectiva, una acción popular con trascendencia nacional, donde la nación el pueblo ya no quiere ser más el sacrificado, el doliente de las necesidades de las deudas y huecos fiscales que los corruptos que han tenido la cobardía de malgastar el bien público, e imponer un máscara hipócrita de levitan para atemorizar y desangrar por décadas la patria.