Nuevos retos para educadores, padres de familia y estudiantes frente a la Pandemia

Por ANA DERLY PRIETO NOVOA

Covid 19, el virus que ha acabado con la vida de miles de personas en el mundo entero, llegó para quedarse y no va a desaparecer hasta que exista la vacuna o el tratamiento para enfrentar tan atroz enfermedad. Hemos tenido que acudir a confinamiento obligatorio para proteger nuestra salud, la de la familia y la de toda la sociedad. Colegios y escuelas que diariamente abrían sus puertas para tener la alegría de recibir a niños, niñas y adolescentes hoy se encuentran vacíos. Los salones de clase, sagrado recinto en el que ancestralmente se transmitían los conocimientos de generación en generación, permanecen en silencio. Ni siquiera en la peor pesadilla hubiéramos imaginado tanta desolación.

Con el firme propósito de continuar el proceso educativo, estamos asumiendo nuevos retos y nos reinventamos. Enfrentamos con valentía y entereza la nueva modalidad de educación no presencial. Nada ni nadie va a impedir que continuemos cumpliendo con nuestro deber de formar los hombres y mujeres del mañana.

Utilizando diferentes recursos tales como llamadas telefónicas, mensajes de WhatsApps, video llamadas, correos electrónicos, facebook, twitter, messenger, copias de talleres en papelerías, clases virtuales, así como también las plataformas digitales zoom, meet, jit.si, skype, etc, etc. llegamos diariamente a nuestros amados estudiantes. Con la frente en alto proclamamos ante toda una sociedad que estamos cumpliendo responsablemente con la misión que nos encomendó el Divino Maestro.

El trabajo que desarrollamos se multiplicó. Que nadie se atreva a decir que es tarea fácil. La explicación que antes se efectuaba en un aula de clase para un grupo de estudiantes, ahora debe ser plasmada en múltiples formatos digitales. Se han requerido largas jornadas, sábados, domingos y festivos, días y noches de insomnio, para idear, inventar y crear nuevas estrategias encaminadas a alcanzar un aprendizaje significativo en nuestros alumnos. Ellos son el eje principal de este esfuerzo, siempre presentes en la mente y en el corazón de todos los que tenemos la vocación de educadores. Es por ellos y para ellos que planeamos las actividades más interesantes y utilizamos todos los recursos disponibles. ¡El colegio vive, vibra y hace presencia en cada uno de los hogares!

Con equipos, celulares, computadores e internet personales, continuamos capacitándonos y adquiriendo nuevas herramientas para realizar este teletrabajo desde casa. Igualmente hemos requerido el apoyo y colaboración de los padres de familia. Ellos se han convertido en valiosísimos aliados y nos ayudan como enlaces que nos permiten transmitir el conocimiento y llegar a los chicos. En el campo o en la ciudad; en el apartamento, en la casa o en la finca, o donde sea que se encuentren nuestros amados estudiantes, allá llegamos y continuaremos haciéndolo porque somos más conscientes de nadie que ellos lo necesitan. No podemos permitir que este proceso se detenga.

Enviamos un mensaje de esperanza a los estudiantes que están poniendo su granito de arena y se esfuerzan a diario por desarrollar tareas y trabajos, talleres, carteleras y videos. Sabemos que es muy triste no tener la oportunidad de compartir con compañeros y amigos, abrazarlos, jugar con ellos e intercambiar chanzas e inquietudes. Es una lección que nos deja la vida y, el día de mañana, vamos a recordar esta etapa que nos correspondió vivir con el convencimiento y la satisfacción de que aprovechamos muy bien este tiempo en cuarentena, cumplimos con nuestros deberes y sacamos adelante este año escolar.

Llegará un día en que nos reencontremos en forma presencial, es nuestro mayor anhelo. Sin embargo, no existen, en este momento, las condiciones sanitarias para regresar a las aulas. El virus y los infectados crecen en forma exponencial y debemos proteger la salud y la vida de todos y cada uno de los miembros de la comunidad educativa.

Nos encomendamos a Dios todopoderoso para que, en su infinita Misericordia, nos de la fuerza necesaria que nos permita continuar con esta labor.

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